Artículo de Effective Media. Los análisis y opiniones expresados en este artículo corresponden únicamente al autor y no a OPENLANE Europa.

Sin duda, el futuro es eléctrico. No obstante, el proceso entre el presente y el futuro no está exento de dificultades. ¿Qué se vislumbra en el horizonte?



La demanda de coches eléctricos aumenta de manera rápida. Ya en los primeros meses del año, uno de cada cinco coches vendidos en Europa era un vehículo electrificado (PHEV o 100 % eléctrico). La mayor parte de estos vehículos se denominan VE, que representan el 77 % de las ventas en la categoría de “vehículos electrificados”, mientras que el 23 % restante se denominan híbridos enchufables. Por otro lado, el mercado de segunda mano también está cobrando fuerza poco a poco, aunque no tan rápido como el de los coches nuevos, puesto que los primeros coches eléctricos con una autonomía aceptable están empezando a llegar al mercado de segunda mano. A lo largo de toda su vida útil, un coche eléctrico es más ecológico que un coche con motor de combustión, aunque sigue presentando algunos problemas medioambientales.


Reciclaje

Desde 2006, existe una directiva europea que obliga a reciclar al menos el 50 % de los materiales de baterías y acumuladores utilizados. Esta directiva también estipula que el productor, es decir, el fabricante de automóviles, está obligado a retirar las baterías usadas y a reciclarlas.

Ahora bien, ¿cómo se lleva a cabo este reciclaje? Las baterías de iones de litio pueden utilizarse en autobuses o coches eléctricos durante al menos siete o diez años. La mayoría de ellas conservarán aproximadamente el 80 % de su capacidad original en ese momento. Puede que no sea suficiente para un VE, sobre todo si se trata de un modelo antiguo con una autonomía bastante limitada, sin embargo, es más que suficiente para otras aplicaciones.

Por ejemplo: en la cubierta del Johan Cruijff Arena, el estadio de fútbol del Ajax de Ámsterdam, se han instalado 4200 paneles solares. Generan energía durante el día, aunque esta se utiliza principalmente por la noche, cuando el equipo de fútbol juega o para la iluminación del estadio y las diversas pantallas y puestos de comida. Precisamente por eso, la electricidad producida durante el día se almacena en baterías de antiguos Nissan LEAF.


Reparación

Reciclar es una cosa, pero ¿se puede reparar una batería defectuosa? Actualmente se está investigando y profundizando mucho en este sentido. En un centro de reparación de baterías se entregan vehículos completos con baterías defectuosas. Cuando el vehículo llega a dicho centro, se desmonta utilizando una mesa elevadora especial y pernos de fijación. Antes de iniciar la reparación, la batería se prepara de forma segura para trabajar en varias etapas.

El proceso de reparación en sí es esencialmente un proceso de sustitución. Las celdas individuales defectuosas no se sustituyen. Forman módulos de 8, 16 o 32 celdas conectadas en serie. Una vez que se detecta el módulo que contiene la(s) celda(s) defectuosa(s), este se sustituye en su totalidad.


Materiales éticos

La extracción de los materiales de la batería también plantea algunos retos. Las baterías de iones de litio actuales se componen de litio, níquel, cobalto y manganeso, materiales poco comunes que no son fáciles de conseguir. Por ejemplo, el litio se extrae principalmente en los desiertos de sal de Bolivia, Chile y Argentina, a menudo llamado el 'triángulo del litio', mientras que el cobalto se extrae en la República Democrática del Congo.

El proceso de extracción de estos minerales raros puede tener importantes repercusiones en el medio ambiente y los derechos humanos, entre las que se incluyen un enorme consumo de agua, posibles efectos negativos a corto plazo en la fauna y la flora y, en algunos casos, trabajo en condiciones extremadamente peligrosas. Por estos motivos, muchas entidades, desde ONG locales hasta fabricantes de vehículos, entre otros, abogan por un abastecimiento más ético y responsable de estos minerales raros.


Una segunda vida

El mejor reciclaje es, por supuesto, dar una segunda vida a todo el coche. Los coches eléctricos que hoy en día se encuentran en el mercado de segunda mano tienen una autonomía de entre 300 y 400 km, y al cabo de entre cuatro y ocho años de servicio, se mantiene al menos entre el 80 y el 90 %. Dicho de otro modo, no son ciertamente descartables para el uso diario y tienen un precio mucho más económico que el de un vehículo eléctrico nuevo. ¿Ha consultado la subasta de OPENLANE?